Lo que habrá mañana será un Black Tuesday de los emprendedores macabros, cuyo Unicornio es Francisco Muñoz alias Pancho Malo. El retorno esperado por sus inversionistas es la consolidación de la marca Estallido Delictual.
Lo que se busca, es imitar esa confusión de la revuelta civil para borrar su huella histórica original. Es por ello que, en torno a la conmemoración del 18/O, se crea un clima de hostilidad. Por ejemplo, este año, escarbando ociosamente en las expresiones y denuncias de personas hoy influyentes, durante el proceso que estalla el 18 de octubre de 2019.
El objetivo es desacreditar a esas personas en sus actuales roles, despojarlas de legitimidad y autoridad, hacerles sentir vergüenza de haber sido parte de alguna manera, de empatizar, de haber condenado la brutalidad en el control del orden público, de haber reclamado ante la perplejidad e inacción de los poderes del Estado.
Todo lo anterior, parece funcionar impecable cuando el horizonte temporal es el ahora.
Porfiadamente me resisto, no es posible que lo olvidemos ¿De verdad ya se borró el recuerdo? ¿De verdad?
Ocurrió, se acabó la paciencia.
Ocurrió, era transversal, orgánico, inapropiable.
Ocurrió y fue violento.
Ocurrió, existió rabia, impotencia, confusión, miedo, existió destrucción, desobediencia, abuso de poder y violaciones a los Derechos Humanos.
Ocurrió y hubo crímenes, muertos, mutilados, decenas de denuncias e impunidad.
Ocurrió y hubo incendios hasta hoy inexplicables.
Ocurrió hace tres años y todavía existen preguntas sin responder.
Ocurrió y no mejoró nada.
Cambió, empeoró… No volverá a ser como antes.
¡No volverá a ser como antes!
Esta pausa que a algunos les parece más tolerable, grata, no es razón para festejar. Las últimas victorias están cubiertas de esa tensión silenciosa que ni siquiera afloja en los ganadores. Y no, tampoco volverá a ocurrir lo mismo.
Ahí el error de las miradas que gozan de resonancia masiva, su error es ver la realidad pasar, en lugar de verla venir. Esa descripción osada que proyecta a lo más repetición sólo aporta al ego del que cree poder “anticipar” un “otra vez lo mismo”. Sin embargo, lo que sea que venga no será un nuevo 18O. En palabras de Alberto Mayol, lo próximo sería un sin sentido. Y hacia allá, coincido, nos movemos hace rato, no desde este fin de semana, como decretaron los columnistas imperdibles del sábado y domingo.
La disputa por los significados es concreta, las personas vivimos dentro de ella, la mayoría aguardando pasar desapercibidas, pero sin el mismo éxito ni los recursos de los inversionistas que persiguen ganarla. Ante su ambición no somos más que un argumento retorcido a su favor en el momento oportuno. Sirves muerta si eres policía, madre, trabajador, ambientalista, si eres niña o niño sirves todavía más -ya no hay esos respetos de antaño-.
Mientras más brutal, más rentable el emprendimiento macabro, es la lección que nos deja la trayectoria de su primer unicornio chileno.
¿Quién podría festejar que nos devora la nada?
En eso va este viaje, la humanidad canibalizándonos por un precio “de mercado”, ¡Por supuesto! De otra manera, esta industria en lugar de inversionistas ángeles, ya tendría poderosos opositores.
Hay un pequeño balcón ahí fuera, la puerta está abierta y veo las luces de los coches en la Harbor Freeway, hacia el sur, nunca se detienen, ese flujo de luces, sin principio ni fin. Toda esa gente. ¿Qué hace? ¿Qué piensa? Todos vamos a morir, todos nosotros, ¡menudo circo! Debería bastar con eso para que nos amáramos los unos a otros, pero no es así. Nos aterrorizan y aplastan las trivialidades, nos devora la nada. (Fragmento)
El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, Charles Bukowski