Si ya la relación PACIENTE – MÉDICO es ASIMÉTRICA, esto aumenta dramáticamente cuando el paciente tiene 4 años y es sometido SOLO a un procedimiento “sin mayores riesgos”.
Karen y Reynaldo no eligieron libremente, debieron acatar, porque estaba en juego la vida de su hija de 13 años. Entregaron el destino de dos de sus pequeños a profesionales de la Red Salud UC.
León, quien era el donante de médula para Keomara, entró en paro cadio-respiratorio y murió, en lugar de salir a las seis horas del procedimiento que, en resumen, es como una donación de sangre extendida.
Un tiempo no menor de mis 38 años de vida, me la he pasado en hospitales públicos y clínicas, sometida a cirugías de hasta nueve horas, prolongadas hospitalizaciones y rehabilitación. Siendo muy chica estuve en pasillos por falta de camas, y padecí más de una vez infecciones intrahospitalarias, la última, adquirida en 2012 en el Sótero del Río, estuvo a punto de costarme la vida. Partí a la edad de León.
También tengo hermanos, y sé que muchas veces ellos tuvieron que esperar, extrañar y padecer el cansancio de nuestros padres. Luego cuando ya no estuvieron mis padres -quienes también murieron en centros de salud, jóvenes- siguieron ellos, siempre esperando fuera para abrazarnos una y otra vez.
Este 4 de junio cayó sobre León y su familia un complejo sistema de errores ABSOLUTAMENTE EVITABLES que les destruyó la vida, no hay retorno y la #justiciaparaleon no será suficiente a menos que sea para todos los niños como él y Keomara.
La historia de la Familia Carvajal Fernández, que pueden conocer en el grupo de FB llamado UN TRANSPLANTE PARA KEOMARA, debe presionarnos a todos como ciudadanos a EXIGIR una ley de acompañamiento a los niños enfermos.
Los equipos médicos requieren de contrapeso y también de apoyo.
Papás y Mamás tenemos derecho a estar al lado de nuestros hijos, tomando sus manos, vigilando como cada noche desde que nacen, mientras están siendo sometidos a procedimientos clínicos, Nos basta una silla y plastifíquennos si es necesario, ¡pero no nos separen de ellos!
NADIE los va a cuidar como nosotros, previamente los hemos llevado a controles, aplicados sus tratamientos, leemos, investigamos, consultamos a otros especialistas, son lo más importante,dennos instrucciones claras, ESTAMOS PREPARADOS y se trata de nuestros hijos.
Sé por experiencia propia que hay HORAS en que no entra nadie a verte, que los pitos de las máquinas no son sufiente alarma, que MUCHAS enfermeras y enfermeros NO SABEN PINCHAR. Que, parafraseando a Daniel Matamala, el Buen Paciente es también callado, recibe sin cuestionamientos, porque cuando preguntas mucho o como acostumbro a hacer, me niego a que alguien que no me supo pinchar lo vuelva a a hacer, eres la “paciente conflictiva” “la que se cree doctora”…
Si ya abundaba el EGO y la SOBERBIA en los pasillos de la salud, imagine ahora que se les denomina HÉROES, aunque muchos de ellos mismos han salido a pedir por favor que no se les llame así, porque la carga simbólica de ese título en la realidad, para una persona seria y profesional, es enorme. Son humanos preparados para sanar pero llegamos al punto en que las formas en que se hace entran en revisión, no podemos permitir que los niños a quienes prometemos que todo saldrá bien, salgan muertos por descuido, porque no fueron a revisar, porque en verdad NADIE controla que las vías estén bien puestas, eso se los aseguro, son puras partes haciendo su parte, allá Ustedes con esa organización, pero entonces déjennos estar con ellos.
Aquí probablemente el coctel de falta de sueño, tensión, sobredemanda; de cupos llenados sin mayores filtros por falta de personal, inexperiencia, y cuántos “etc” que se pueden presumir, explotaron todos en un pequeño DE CUATRO AÑOS, que si hubiera estado al lado de UNO de sus padres, colaborando como CUIDADOR, salía sano, como entró, luego de donar vida a su hermana.
Le garantizo que esta historia lo dejará mal… Sin embargo, Usted seguirá con vida y con la posibilidad de hacer algo al respecto.